Piden a la Iglesia Latinoamericana reconocer que los pueblos originarios son para el continente y para el mundo una fuente del buen vivir y que desde su sabiduría ancestral y vivencia comunitaria aportan a la iglesia, así como lo pide la sinodalidad.
Por Carmen Julia Luján C.
La realidad de los pueblos indígenas de todo el continente de América Latina está compuesta por una diversidad amplia de culturas, lenguas, espiritualidades y cosmovisiones, pero también de sabiduría milenaria y ancestral, tanto para el cuidado de las comunidades como de los territorios.
Es por eso que los pueblos originarios demandan a la Iglesia Latinoamericana, reunida en su Asamblea Eclesial, se constituya como aliada de los pueblos y culturas para poder defender la vida y la Casa Común.
La Hna. Laura Vicuña, religiosa indígena de la Congregación de las Catequistas Franciscanas y quien representa a los pueblos indígenas en la Conferencia Eclesial de la Amazonía, CEAMA, es la portavoz para expresar a los participantes de la Asamblea que la realidad de los pueblos indígenas en todo el continente se presenta con enormes desafíos.
Uno de ellos es reconocer que pueblos indígenas son para el continente y para el mundo una fuente del buen vivir, una rica biodiversidad que abriga a muchos biomas tan necesarios para el equilibrio del planeta.
Por otro lado, la hna. Laura Vicuña explica que desde cuatro dimensiones los pueblos indígenas contribuyen a los procesos comunitarios porque:
- Son pueblos diversos, con diferentes culturas, y la diversidad los enriquece.
- Son pueblos de reciprocidad, y la lógica de reciprocidad potencializa la diversidad, y promueve relaciones equitativas entre los seres humanos y la naturaleza.
- Son pueblos de integralidad. Antes del concepto de Ecología Integral del Papa Francisco, los pueblos originarios ya estaban íntimamente ligados a la tierra, al agua, a la tierra, a los bosques y animales.
- Son pueblos de colectividad, pueblos que llevan su vida en una vivencia comunitaria, como lo pide la sinodalidad.
APORTE DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS A LA IGLESIA
Desde la voz de Patricia Gualinga, líder indígena de Ecuador, el aporte que los pueblos indígenas hacen a la Iglesia de América Latina y el mundo entero es la relación con la naturaleza y el cuidado de la Casa Común, como el aporte fundamental.
Asimismo, los pueblos originarios aportan a la defensa de los derechos colectivos, a la solidaridad, y desde sus culturas y sabidurías, contribuyen a la construcción de un mundo mejor.
UNA IGLESIA VIVA Y CONECTORA
Desde la reflexión de los pueblos originarios se espera una Iglesia Latinoamericana que realice alianzas que permitan un acompañamiento a las comunidades indígenas.
Asimismo, que la iglesia potencie espacios formativos e informativos con las temáticas de derechos humanos y territoriales. Que respete las diferentes culturas, expresiones de fe y espiritualidades. Y que trabaje en diferentes ministerios desde la dinámica de la interculturalidad
Finalmente, para los pueblos indígenas es necesario que mensaje del Evangelio sea abordado desde la inculturalidad, es decir, en la liturgia y en los ministerios para recuperar la dimensión horizontal de la iglesia, aquella que une fe y vida sin exclusión entre hombre y mujeres. Eso sería una verdadera dimensión sinodal.