La minería-legal e ilegal es un gran desafío para los pueblos indígenas de los estados del sur de Venezuela, Amazonas y Bolívar.
Por Darlyn García Alaje/Grace Carolina Núñez y Montero
En los últimos veinticinco años, áreas como la que ocupa el inmenso Parque Nacional Yapacana, grandes ríos como el Orinoco o de menor caudal como el Siapa, Municipios como el de Atabapo, Reservas Forestales como las de Sipapo y Guayapo, han sufrido un incremento grave de destrucción ambiental. Esta actividad ha contaminado aguas y tierras, debido a la presencia de mercurio, alterado los ecosistemas en general.
Desde siempre, administrar responsablemente la Creación, es un deber básico del cristiano, independientemente de cualquier tendencia ideológica en boga. Valorar y proteger la Naturaleza, son Deberes Humanos, así como el fomentar comportamientos éticos hacia el Medio Ambiente, manifestando así, la libertad en orden al bien, propia de los hijos de Dios que habitan esta Casa Común.
Desde hace más de 30 años, a la Amazonía venezolana, vienen los mineros ilegales brasileños (garimpeiros), a intervenir los ríos en busca de oro, desde el Alto Orinoco hasta el Atabapo y el Autana, practicando una minería depredadora, a la cual se ha ido sumando población venezolana y de otros países, así como los mismos indígenas, presionados por la crisis económica del país que los aqueja y también sometidos a nivel de seudo esclavitud extractiva, por mafias y terroristas que han ido infestando esos inmensos territorios, donde no llega la justicia formal, a imponer orden. Múltiples Organizaciones, como por ejemplo la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de Amazonas (COIAM), desde hace más de 20 años, comenzaron a promover la defensa de los DDHH Indígenas ante la actividad minera y extractivista; con el tiempo se han ido sumando otras instancias como la Oficina de DDHH del Vicariato Apostólico de Puerto Ayacucho, S.O.S Orinoco, MOINADDHH, KUYUNU, KUYUJANI, OIPUS, entre otras, denunciando a través de los medios de comunicación, y haciendo llamados a los organismo gubernamentales, al Ministerio Público, para que se avoquen a la protección del territorio, y se evite el deterioro del medio ambiente natural indígena, por actividades ilegales referidas, que afectan la supervivencia de la población originaria y que, además, debilita su identidad, idioma y estilo de vida ancestral.
Minería ilegal
A la minería ilegal, se añade la denominada Zona de Desarrollo Estratégico Nacional Arco Minero del Orinoco, establecida en el Decreto 2.248 del 24 de febrero de 2016, y que forma parte de un proyecto promovido desde el Ejecutivo Nacional para la extracción de minerales como oro, diamante y coltán, que se está realizando sin la consulta previa, libre e informada a los pueblos y comunidades indígenas y sin estudios de impacto socio-ambiental.
Solo contando con la razón, y con sus lanzas, arcos y flechas, decenas de comunidades pemón, piaroa, ye´kwana y sanemá, en los Estados Amazonas y Bolívar, han optado por la autodefensa ante el avance de invasores de sus territorios, impulsados por la “guerra del oro”, el extractivismo en general, y por otras actividades delictivas en la región.
Dicha invasión de personas, grupos y también de “empresas”, tiene la consecuencia previsible de la destrucción de los ecosistemas que , según las leyes venezolanas, han sido catalogados como Parques Nacionales bajo Protección Especial, por esto las comunidades indígenas han tenido enfrentamientos graves, incluso con pérdida de vidas humanas con, por ejemplo, guerrilleros y narcotraficantes (Grupos Armados Organizados / GAO), que tienen como finalidad controlar la geografía y ejercer sus actividades ilícitas, todo ello ante la ausencia o indiferencia de los organismos de seguridad del Estado venezolano, naturales garantes de los derechos y defensores de la nación.
Es así como surge la idea, desde las propias comunidades indígenas, de crear y establecer un cuerpo de alerta y defensa que impida el paso de los actores irregulares por sus tierras, tratando de proteger a personas, bienes y territorio, iniciativa que asume el nombre de Guardianes Territoriales.
El politólogo y abogado Vladimir Aguilar, investigador del Grupo de Trabajo sobre Asuntos Indígenas (GTAI), de la Universidad de Los Andes (ULA), en Mérida, Venezuela, explica que las guardias territoriales son mecanismos que los pueblos indígenas han encontrado para el control de sus territorios ante las amenazas de terceros. Aunque no todas las “guardias” son iguales, aclara, “las de Bolívar son de carácter rígido (control de acceso hacia áreas mineras), mientras que las de Amazonas son de salvaguarda de territorios y ecosistemas (guardianes de la selva).”
Lucha indígena
Atabapo es uno de los municipios más afectados, junto con Manapiare, ya que allí está concentrada la mayor actividad minera, lo cual FUNDAREDES y Kape Kape han venido denunciando con pruebas testimoniales y documentales, de cómo se ha cometido un etnocidio, no solo con los pueblos indígenas, sino también con uno de los parques naturales más hermosos del mundo, “El Yapacana”.
La destrucción ocurre a pesar de contar con un marco jurídico que incluye leyes como la LOPCI (Ley Orgánica de los Pueblos y Comunidades Indígenas), la Ley de Demarcación Territorial, la Ley Orgánica de la Mega Reserva de Agua Dulce y Biodiversidad del Sur del Orinoco y la Amazonia, la Ley de Patrimonio Cultural, entre otras. Sin duda alguna, la lucha indígena por la preservación de sus territorios y cultura, ha sido fuertemente obstaculizada por la misma burocracia estatal venezolana.
En un clima de tensión, miedo y enfrentamientos, ocurre en julio de 2022, el inesperado fallecimiento de Virgilio Trujillo Arana, activo líder de 38 años del pueblo indígena Uwottüja, y quien por años se había encargado de denunciar la ocupación de sus tierras por parte de grupos armados, así como la construcción de pistas aéreas ilegales. Este presunto asesinato, aún espera por el resultado de las investigaciones policiales, no siendo un hecho aislado.
El Estado y sus instituciones se deben a la búsqueda del Bien Común, que incluye el cuidado y la protección de los ciudadanos venezolanos, en los territorios que ocupan desde tiempos ancestrales.
CALENDARIO 2023: GUARDIANES DEL TERRITORIO
El Calendario “Mujeres de la Amazonía 2023: Guardianas del Territorio” confirma la sinodalidad y reflexiona sobre su misión como mujeres que defienden la vida y luchan por la garantía de los derechos para las generaciones futuras.
Este tema se expresa a través del arte de la fotografía con el testimonio de mujeres defensoras del territorio. Sus narrativas deben inspirarnos, generando espacios para compartir vida y acciones, y que estas generen vida y transformación.
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