En julio de 2023 estas organizaciones tuvieron un primer encuentro en el Vaticano en pos de “responder a las necesidades de las comunidades vulnerables”
Por Ángel Alberto Morillo
Con el lanzamiento de la exhortación apostólica ‘Laudate Deum’, este 4 de octubre – Fiesta de san Francisco de Asís – el papa Francisco ha echado sus cartas pidiendo a los gobiernos del mundo no ‘más pañitos de agua caliente’ frente al avance de la crisis climática.
Llamado que han acogido “con entusiasmo” organizaciones eclesiales del mundo, agrupadas la llamada alianza de redes eclesiales de ecología integral (ENA) y de la que forman parte la Red Eclesial Panamazónica (Repam), Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (Remam), Red Eclesial del Gran Chaco y Acuífero Guaraní (Regchag), Red Eclesial de la Cuenca del Congo, Alianza europea Laudato si’, Asia Pacífico y Oceanía (RAOEN), Redes de EEUU y Canadá.
“Acogemos con entusiasmo ‘Laudate Deum’, como un estímulo muy positivo para el mandato y el ministerio”, apostillaron para hacerse eco de las comunidades indígenas, afros, campesinas, ribereñas, que ha sido afectadas por el extractivismo, narcotráfico, pobreza, olvido gubernamental.
Objetivos fallidos
Las organizaciones de la ENA agradecen “enormemente que ‘Laudate Deum’ actualice las preocupaciones del papa Francisco por nuestra casa común desde la innovadora encíclica de 2015, ‘Laudato si’’”.
Un clamor que hace ocho años Francisco planteaba “tan claramente, los Estados nación no han emprendido las acciones necesarias para alcanzar ni siquiera los objetivos limitados establecidos en la COP de París de ese mismo año”.
De hecho “esto se confirmó crudamente apenas el mes pasado, en la Cumbre de Ambición
Climática de la ONU, cuando el Secretario General Antonio Guterres dijo a los líderes mundiales que la adicción de la humanidad a los combustibles fósiles había abierto las puertas del infierno”.
Implementar acciones concretas
Por ahora las redes eclesiales reiteran su preocupación frente a “la emergencia climática a la que nos enfrentamos”. En la nueva carta pontificia se expresa muy bien “cómo la creación está siendo crucificada hoy en día mientras los políticos, los empresarios –e incluso algunas personas de la Iglesia– no actúan”.
Se sienten inspirados por este SOS de Bergoglio, quien sitúa “la crisis climática como el locus theologicus de nuestro tiempo”, por eso, han coincidido que esta “no puede resolverse a expensas de las poblaciones históricamente excluidas y explotadas por las estructuras económicas mundiales”.
La prioridad está en “el acompañamiento de las luchas de los Pueblos Indígenas por una integridad territorial que les permita definir su propio futuro”. Esto pasa por comenzar a implantar “un multilateralismo desde abajo” (Nº 38 de ‘Laudate Deum’) y desmontar “la dinámica de una economía injusta basada en el extractivismo a costa de los pueblos marginados colonice incluso la atmósfera”.
Serán frutos que se lograrán con el trabajo conjunto, porque “las soluciones no vendrán solo de esfuerzos individuales, sino sobre todo de grandes decisiones políticas a nivel nacional e internacional”.
Sobre la ENA
En cuanto a la ENA se trata de una plataforma de redes eclesiales territoriales basadas en la biología de todo el mundo, unidas para responder a las necesidades de las comunidades vulnerables.
Rigobert Minani Bihuzo, coordinador de esta red de redes, señaló que “las redes reúnen a movimientos de base basados en la fe y a iglesias locales fundamentadas en el Pensamiento Social Católico en acciones que abordan la búsqueda de la justicia, la paz y los urgentes retos medioambientales”.
En julio de 2023, unos 45 representantes de estas redes “se reunieron en Roma, en las oficinas vaticanas de San Calisto” y en consonancia con la primera etapa de sínodo 2021-2024 ratificaron su compromiso de “seguir caminando juntos”
Fuente: Vida Nueva Digital