“La fe tiene que encarnarse”, y además insertarse en una cultura. Así se lo explicó a la agencia SIR monseñor Eugenio Coter, obispo del Vicariato Apostólico de Pando, en el territorio amazónico de Bolivia, en la frontera con Perú y Brasil. Y es precisamente de la vida de las Iglesias de la Amazonia, de su experiencia, de donde podria nacer el “rito amazónico”, a través de una larga gestación, cuya institución se ha convertido en una hipótesis concreta.
Por Bruno Desidera / Agencia SIR
Monseñor Coter, que desde hace años actúa primero en la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) y luego en la Conferencia Eclesial de la Amazonia (CEAMA), es uno de los protagonistas de este proceso. El obispo italiano, que vive en Sudamérica desde hace muchos años, ha sido llamado a coordinar el Núcleo para el Rito Amazónico, la comisión encargada de formular una hipótesis sobre esta importante y posible novedad.
Primera reunión en el Vaticano y fase de estudio.
Una delegación del CEAMA presentó recientemente en el Vaticano una propuesta inicial para el establecimiento del rito amazónico. El encuentro tuvo lugar en el Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en presencia del Prefecto del Dicasterio, el Card. Arthur Roche, el secretario, Mons. Vittorio Francesco Viola, y el subsecretario, Mons. Aurelio García Macías.
En nombre del CEAMA estuvieron presentes su presidente, el Card. Pedro Barreto, arzobispo de Huancayo (Perú), su secretario ejecutivo, el padre Alfredo Ferro, y monseñor Coter. El Núcleo, coordinado por el Vicario Apostólico de Pando, con la colaboración del teólogo brasileño y consultor teológico del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), Agenor Brighenti, está conformado por 16 miembros, elegidos según diferentes criterios de representatividad, y se divide en cuatro subcomisiones que corresponden a cuatro áreas diferentes: antropológica-sociológica y espiritual, histórica-cultural, teológica-eclesiológica y ritual-jurídica.
Lo que se busca, a través de este núcleo, explica su coordinador, es “estudiar las ‘tradiciones, usos y costumbres’ de los pueblos de la región amazónica, así como las posibilidades, condiciones y implicaciones de un rito amazónico, con la mirada a la elaboración de una propuesta que lleve a las Iglesias locales a vivir y celebrar su fe, según sus expresiones originales”.
En los últimos meses, el equipo ha realizado reuniones de estudio sobre los ritos en la Iglesia y la realidad sociocultural-religiosa de la Amazonia, tratando de identificar las matrices comunes subyacentes. “Durante este tiempo se han identificado algunos retos, empezando por la necesidad de inculturación en la interculturalidad, con la división de tareas de cada subcomisión y la creación de un grupo de síntesis y redacción”. Una cuestión previa es la de la propia noción de “cultura amazónica”.
“En realidad – continúa el obispo – el territorio amazónico se caracteriza por una gran variedad de pueblos, culturas – unas 400 – e idiomas – unos 250 -. Es fundamental encontrar un mínimo común denominador, es decir un lienzo que permita cierta adaptación dentro de las provincias eclesiásticas”.
Empezamos “desde abajo”
Como es sabido, existe una considerable variedad de ritos dentro de la Iglesia, que en su mayoría se remontan a los primeros siglos del cristianismo. Recientemente, en 2020, se aprobó el Misal Romano para el “rito zaireño”, el primero rito aprobado después del Concilio Vaticano II. En el prefacio de ese texto, el propio Papa Francisco se refirió a la exhortación apostólica “Querida Amazonia”, y habló de un “camino prometedor”, precisamente en dirección a un rito amazónico.
Anteriormente, durante el Sínodo Amazónico en 2019, el tema había sido abordado en muchos discursos. “Cuando el anuncio del Evangelio llega a una cultura, se inculta a través de aquellas formas que son más coherentes para expresar el misterio”, había dicho el arzobispo Rino Fisichella a la prensa durante el Sínodo. Y luego había añadido que “crear el rito es redescubrir un elemento básico, un denominador común que permite a los pueblos indígenas celebrar la liturgia y, por tanto, los sacramentos. Pero también, y esto es importante, constituirse dentro de una realidad, como la de la Amazonia, con su propia espiritualidad, su propia reflexión teológica y, por qué no, también con su propia disciplina, por lo tanto, con una estructura de vida comunitaria que se vuelve peculiar de ese territorio”.
Sobre la mesa, en definitiva, hay varias y complejas cuestiones. El propio rito zaireño, señala Mons. Coter, “es ante todo una adaptación del rito latino, una especie de ‘africanización’ del mismo. Intentamos proceder de una manera diferente, empezando desde abajo, de la vida, de las celebraciones que se viven en la Amazonia, de la religiosidad popular vivida, de la experiencia de vida. Detrás del ritual hay una visión de la Iglesia y la cultura”.
Un camino en consonancia con la experiencia que están viviendo estos años las iglesias amazónicas. Pero un camino necesariamente largo. “Esperamos concluir nuestros trabajos hacia finales de 2024”. Se discernirá si es solo el cambio del rito, o si, como se desprende del debate sinodal, y del propio enfoque central y multidisciplinar, se va a tocar también la disciplina de los sacramentos, los ministerios y el derecho canónico.
La ministerialidad de las mujeres
Ciertamente, una cuestión distinta de la del rito, pero no obstante relacionada, es la del estatuto de los ministros ordenados, la posibilidad de que, en la peculiar situación de las iglesias amazónicas, con comunidades pequeñas y grandes distancias que cubrir y escasez de sacerdotes, se ordenen hombres maduros ya casados, los llamados “viri probati”.
Mons. Coter confirma: “El Papa sobre el tema del sacerdocio casado ha sido claro. Nos interesa, en cambio, una reflexión sobre los ministerios dentro del rito, con la necesidad, en particular, de reconocer la ministerialidad innata de las mujeres también en el rito. Una dimensión que se siente especialmente en el contexto amazónico, ya existe. El Papa ya nos ha indicado que, en esta dimensión, la reflexión debe detenerse en la mariología y en los textos paulinos. La relación entre la Eucaristía y el ministerio ordenado no es un punto de partida, si bien es importante desarrollar la reflexión sobre los sacramentos como ayuda a la fe cristiana y al encuentro de la comunidad con el Señor”.
Tras esta reunión inicial en el Vaticano, los trabajos continuarán. Monseñor Coter concluye diciendo: “Hemos sido bien recibidos, el Dicasterio nos ha dado las gracias y nos ha dado plena disponibilidad y apertura. Se trata de avanzar juntos”.
Fuente: Agencia de noticias SIR