Ruth Tijé, lideresa de la comunidad Arazaire (Madre de Dios), considera que el desarrollo de los indígenas depende, en gran medida, de ellos mismos. “Nosotros somos quienes mejor conocemos nuestra realidad para enfocarnos en nuestro desarrollo colectivo según nuestra cosmovisión”, opina. Fue una de las invitadas al Foro Público por el 55 Aniversario de la Comisión Episcopal de Acción Social (CEAS).
Por: Beatriz García Blasco (CAAAP)
19:10-16 de marzo de 2020.- Las esperanzas de Ruth Tijé no están en el Estado, sino en la esfera internacional. Cree que ese es el lugar más adecuado e interesado en dar y escuchar la voz de los indígenas amazónicos. Por eso valora el camino que Francisco viene transitando en los últimos años en favor de estas poblaciones. “Nos dice que no desmayemos, que el Papa es nuestro aliado porque él se ha identificado con la Amazonía”, opina sobre la Exhortación Apostólica ‘Querida Amazonía’, “eso para nosotros es bastante porque ninguna otra autoridad lo ha hecho, así que eso nos ha dado fuerza y valor porque algunos estaban por decaer pero han renacido. Tenemos que seguir luchando, ¿quién lo va a hacer por nosotros?”.
Ante un concurrido público, congregado el 10 de marzo en el Auditorio del Colegio de Jesús (Lima) con motivo del 55 Aniversario de la Comisión Episcopal de Acción Social (CEAS), la lideresa del pueblo Arazaire, también promotora de Cáritas Madre de Dios, pidió que, como Francisco, los presentes en ese y otros eventos similares se conviertan en aliados y compañeros de los indígenas en sus luchas y reivindicaciones. “Pido que se nos visualice, que se respeten nuestros derechos. Si no se puede con nuestro Estado, hagámoslo a nivel internacional. Tengo fe en que podemos contar con ustedes, no nos van a dejar de lado, ¿verdad?”, invitó.
A lo largo de su exposición, reconociendo que no es fácil alzar la voz y perder el miedo que “muchos paisanos sienten, pero es un proceso y debemos hablar aunque sea tartamudeando”, Ruth Tijé enumeró varios de los puntos prioritarios para los pueblos: protección del medio ambiente, defensa del territorio, educación intercultural bilingüe y consulta previa. En lo referente a la naturaleza, y siendo natural de Madre de Dios, la alusión a la minería ilegal era casi obligada. “Hablan de erradicar la minería en la Pampa, pero lo que ha ocurrido es que seel problema se ha trasladado de lugar. El problema ecológico sigue. ¿Habrá valido la pena gastar tantos millones si el objetivo real no se ha logrado?”, planteó.
Sobre el derecho al territorio integral de los pueblos indígenas aseguró que, en su opinión, “es algo que el Estado jamás va a reconocer”. Los motivos, indica, serían las fuentes de riqueza que se encuentran bajo el suelo de la Amazonía: “Ahí está la riqueza que tanto desean, así que ellos están como gato esperando para comerse el queso”. Sin embargo, no se mostró contraria a la minería y otro de actividades pero sí pidió mejores mecanismos de control y regulación que permitan erradicar la corrupción y garantizar la protección medioambiental. “Todo puede hacerse de modo mucho más sostenible”, afirmó.
Asimismo, en paralelo a la cuestión del territorio abordó también la falta de consulta previa o, en otros casos, la deficiente aplicación de la ley que regula ese derecho de los pueblos indígena según el Convenio 169 de la OIT. “Hicieron la carretera inteoceánica que todos conocemos pero, ¿con cuánto han indemnizado a la comunidad? Ni un sol. ¿Por qué? Porque algunas comunidades ni siquiera tenían título y otras no lo tenían actualizado. Sin embargo, nos han quitado mucho espacio, tanto en la inteorceánica como en la Hidroeléctrica de San Gabán”, denució, “yo pensaba que mi comunidad era la única vulnerada, pero me fui a Cusco y vi que había muchas más. Necesitamos una asesoría legal para hacer respetar nuestros derechos. ¿Cuántos millones se han robado en esa obra? Debemos reclamar”.
Por último, en el ámbito educativo, indicó varias falencias que estarían evidenciándose, en la práctica, en los programas y políticas de Educación Intercultural Bilingüe (EIB). “Muchos de los aprendizajes se basan en lo urbano y, así, el niño no aprende. ¿Por qué no llevar un proyecto sobre la siembra del plátano? Muchas veces solo nos critican, en lugar de fortalecernos”, aseguró. Además, indicó que muchos líderes y lideresas comunales se sienten impotentes y cansados de, reclamo tras reclamo, no ser escuchados y recordó el alto nivel económico que suponen los traslados desde muchas comunidades hasta su capital provincial o regional, obstáculo agregado que dificulta la defensa de los diferentes derechos.
“Estoy segura de que, si ustedes están aquí, es porque les importamos. Creo que alcanzamos una partecita de sus corazones para que nos puedan ayudar, haciendo eco de nuestra voz”. Una voz, la de Ruth Tijé, que resonó de forma clara y sencilla. Una voz que muestra, una vez más, que las mujeres amazónicas tienen claro cuáles son las prioridades de sus familias y sus comunidades.