Una Carta firmada por el Secretario General del Sínodo de los Obispos y el Prefecto de la Congregación del Clero ha sido dada a conocer en el día en que la Iglesia católica celebra la Solemnidad de San José. En ella han abordado el Sínodo sobre la Sinodalidad, animando al clero a envolverse en este proceso.
Por Luis Miguel Modino – ADN Celam
El cardenal Mario Grech y el arzobispo Lázaro You Heung Sik presentan la sinodalidad como el modo habitual de proceder de la Iglesia en el primer milenio, algo recuperado por el Concilio Vaticano II. Teniendo en cuenta “que el mundo actual necesita urgentemente la fraternidad”, ven la necesidad de “escuchar al Espíritu junto con todo el Pueblo de Dios, para renovar nuestra fe y encontrar nuevas formas y lenguajes para compartir el Evangelio”.
En esa perspectiva, recuerdan la propuesta del Papa Francisco para el Sínodo: “ponerse en marcha juntos, en una escucha reciproca, compartiendo ideas y proyectos, para mostrar el verdadero rostro de la Iglesia”. También advierten sobre los riesgos: formalismo, intectualismo y el inmovilismo.
Temores ante la sinodalidad
En el escrito se refieren a los temores, entre ellos la gran carga pastoral de muchos sacerdotes, ante lo que llaman a “descubrir los muchos ejemplos de participación y de maneras de compartir que ya están germinando en vuestras comunidades”, lo que está siendo recogido en la fase diocesana del proceso sinodal, algo que se descubre cuando se escucha profundamente y que nos lleva a vivir ese estilo sinodal.
La carta señala el posible temor de los sacerdotes a perder su identidad de ministros ordenados, ante lo que llama a “descubrir cada vez más la igualdad fundamental de todos los bautizados y estimular a todos los fieles a participar activamente en el camino y misión de la Iglesia”. En esa coyuntura, la carta hace ver la importancia de “los ministros ordenados para servir, santificar y animar al Pueblo de Dios”.
Una triple contribución
El secretario del Sínodo y el Prefecto de la Congregación del Clero piden una triple contribución: que “este camino se base en la escucha y en la vivencia de la Palabra de Dios”, para evitar caminar en la oscuridad y convertir las reflexiones en ideología. En segundo lugar, que “este camino se base en la escucha y la aceptación mutuas”, dando valor al “diálogo profundo y los encuentros veraces”, evitando así el individualismo y la autorreferencialidad. Por último, no caer en la introspección y sí salir al encuentro de todos, de los pobres y de quien viven en las periferias, promoviendo “la fraternidad universal y el amor sin exclusión, que debe abarcar todo y a todos”.
El texto ve esto como “el modo de dar vida a iniciativas concretas”, no ocultando que en este camino habrá “interrogantes, dificultades e interrogantes”, lo que no impedirá recibir “el céntuplo en fraternidad y en frutos de vida evangélica”.
Finalmente, tras citar el Documento Preparatorio, animan al clero a participar en el camino sinodal, mostrando su cercanía y la gratitud del Papa Francisco.
Fuente: Prensa Celam