Sínodo Amazónico: Hacia una igual dignidad de la mujer al interior de la Iglesia

 

“La voz de la mujer es escuchada con respeto, es valorizada. Es muy grato recibir el saludo de los obispos, después de nuestras intervenciones, que se acercan, te agradecen, te apoyan. Además, sentimos al Papa Francisco muy cercano y animándonos a no tener miedo… Además, es muy valioso tener al Papa Francisco presente en las reuniones del Sínodo, está escuchando, concentrado en todo el trabajo. Tenerlo allí presente escuchando cada intervención es algo realmente muy grande, que muestra otro rostro de Iglesia.”

Quien así habla con emoción es Daniela Cannavina, religiosa de las Hermanas Capuchinas de la Madre Rubbato, Secretaria General de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosas y Religiosos (CLAR). En entrevista colectiva con el equipo de prensa de REPAM, ella recalca: “Después de una semana del Sínodo Amazónico, me siento muy contenta y muy serena, porque ha sido una semana muy progresiva en el diálogo y en la búsqueda del discernimiento conjunto. Hay mucha escucha y eso es un dato muy importante. Hemos tomado muy en serio las palabras del papa Francisco, en el discurso inaugural del sínodo que nos invitó a tener una voz profética dentro del Sínodo y hablar sin miedo.

El papel de la mujer en la iglesia

“La mirada del Sínodo está centrada en torno a la labor de la Iglesia en la Ecología Integral y la Panamazonía. Pero también vamos entrando a otros temas que convergen en la Casa Común. Por ejemplo, el tema de la voz de la mujer, del papel que tenemos las mujeres. Yo estoy bien convencida que si bien es cierto el sínodo es para la Amazonía, hay temas transversales que tienen que ver con todos los lugares donde están presentes, tienen un efecto cascada en toda la iglesia universal”.

La voz de las mujeres en el sínodo está para sumar espacios de reflexión y de búsqueda conjunta. Eso es también rostro de la iglesia. Para caminar sinodalmente, en un nosotros eclesial. Es una recuperación del sentido del Sínodo, la Iglesia la construimos entre todos y todas.

Las mujeres, y entre ellas las religiosas, hacemos muchas cosas ya en la Iglesia. Pero es necesario que a eso que hacemos, la Iglesia le de visibilidad. Necesitamos visibilidad eclesial, lo más pronto posible.  En la CLAR solemos decir, al igual que en las bodas de Caná: “escuchemos lo que Él nos diga”. En este sínodo me animé a decir: Esta es la hora, ha llegado la hora, no hay otra.

Desde la CLAR, trayendo la escucha de nuestras religiosas, traemos la propuesta del DIACONADO de la MUJER. Queremos que trace un nuevo rostro ministerial para la mujer, en especial para la mujer amazónica, pero también para el conjunto de la iglesia a nivel universal. Este nuevo rostro ministerial de mujer implica, por cierto, una capacidad de gobierno, de autoridad. También sabemos que estamos al frente de comunidades y podemos gestionarlas.

En realidad, ya lo venimos haciendo, ya se viene dando. Pero, necesitamos el “reconocimiento” oficial, eclesial. Para caminar en igualdad, en igual DIGNIDAD. Porque esto nace desde Jesús en el Evangelio y en la Iglesia primera.

Las Superioras religiosas deben tener voto en el Sínodo

Birgit Weiler, otra de las 38 mujeres presentes en el sínodo, es religiosa de las misioneras médicas y asesora de la Pastoral Social de la Conferencia Episcopal de Perú. Ella también destaca que “hay una atmósfera muy abierta para las hermanas y religiosas, somos muy aceptadas en el grupo, no hay actitud clerical, hay mucha libertad de discurso”, sin embargo, se mantiene el reclamo para que las superioras religiosas puedan finalmente ser admitidas como votantes para el documento final, tal y como si lo hacen los superiores religiosos varones. Porqué los religiosos varones pueden votar y las superioras religiosas no lo pueden hacer, se preguntó.

También, con referencia al rol de la mujer, subrayó: “esperamos ser invitadas para asumir posiciones de liderazgo. El Instrumentum Laboris indica que prácticamente la mayor presencia pastoral está liderada por mujeres en la Amazonía. Pero no es solo el trabajo que hacemos, sino que seamos aceptadas en lugares de liderazgo. Se trata de ver y decidir cómo avanzar en el trabajo conjunto. Es un signo de nuestros tiempos que las mujeres seguirán desarrollando.”

Desde Roma, Pedro Sánchez, Red Iglesias y Minería

14/10/2019
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