Necesitamos recuperar el evangelio del que nos hablan quienes saben vivir sin acaparar, de quienes saben vivir en la Tierra, como en el seno de la Madre.
En el segundo día de la Conferencia Internacional sobre Ecología Integral que se celebra en Washington la discusión giró en torno a vivir la Ecología Integral. Un concepto del que vienen hablando desde hace siglos los pueblos originarios y que la voz del Papa Francisco ha permitido una mayor visbilización e incidencia, como ellos mismos los reconocen.
La presencia de Asia, fue muy contundente en la voz de Cardenal Bo, de Birmania: “tenemos que recuperar ese radicalismo de Jesucristo, es un reto liberar a Jesús de la lengua del imperialismo y el capitalismo”., la lucha que Jesús enfrentaba era en contra de un sistema establecido que estaba generando estructuras inequitativas, donde muchos sufrían. Nos habla de la necesidad de una teología verde, que se fortalece en la espiritualidad profunda de los pueblos, que quienes sienten esa estrecha relación con la naturaleza que provee y fecunda nueva vida. Los nuevos caminos para la Iglesia de opciones más contundentes con la realidad: hacer una opción preferencial por quienes más sufren ahora, es hacer una opción preferencia por la Hermana Madre Tierra. El desafío que enfrentamos ahora nos habla de una pobreza que nos toca a toda la humanidad.
Vamos en un camino hacia la destrucción o hacia la salvación. La lucha que estamos afrontando es para salvarnos, y los pueblos indígenas están luchando para cuidar la Madre Tierra. “Muchos piensan que la lucha por la Tierra no es evangelización y evangelizar, quiere decir defender la vida, para Patricia Gualinga. “Necesitamos sentir la fuerza del cambio a este paradigma que no está llevando a la crisis global. Nuestros yachays han vaticinado la catástrofe global. Recuerden que la tierra no está dividida, esta unida por hilos invisibles.”
La ecología es el gran reto de estos tiempos para la Iglesia y para la humanidad, nos desafía a desnudarnos en nuestras prácticas, en nuestra liturgia, en nuestra presencia territorial. Nos desafía a entender otra manera de estar en el mundo. Encarnar la ecología integral en nuestro día a día, es una respuesta decisiva. Desnudarnos y aprender, es entrabar un diálogo “entre pueblos, entre culturas, entre clases”, menciona Cardenal Bo. El paradigma de la Ecología Integral, es una oportunidad para dialogar más y “el viaje es largo, así que afrontemos nuestro desafío con fortaleza”.
Para Luis Antonio Tagle,presidente de Cáritas Internacionales y Cardenal de Filipinas, la espiritualidad es el centro de la defensa de la vida, que es de ahí de donde proviene la fuerza, la resistencia, la esperanza. Parece que hemos pasado encima de Dios, por eo, tratamos a la Tierra como si fuéramos sus propietarios. Si la Madre Tierra fuera asesinada, nos quedamos huérfanos, hemos negamos la atención de Dios y renunciamos la custodia de la Tierra. La ecología espiritual es recuperar la parte tierna y la atención, donde reconocemos los regalos de Dios y de la Tierra.
Pero no puede quedar ahí, para Tagle, la espiritualidad de la vida cotidiana es lo más importante: podemos hablar de cosas grandes, pero si no pasa en la cotidianidad, no pasa nada. Nuestro estilo de vida es parte de la espiritualidad y la cultura.
Enfrentar ese desafío supone acciones radicales como el evangelio, de esto habló Mons. Jean Claude Hollerich, obispo de Luxemburgo y presidente de la Conferencia de Obispos de la Unión Europea. El concepto de justicia ecológica nos convoca a cada uno. Para él, la justicia ecológica está directamente relacionada con la felicidad: si consumimos menos, seremos más felices. Son compromisos diarios y personales, también comunitarios y familiares, implican mudar el sistema, la estructura injusta que genera tanto dolor.
Pero no es solo eso, para él, y desde las acciones de incidencia con la Unión Europea, la conciencia y el llamado a la Iglesia Universal implica corresponsabilizarse con quienes están amenazando la vida presente y futura. Las empresas que generan estos atropellos y esta destrucción. Hay un camino muy concreto: una campaña de desinversión.
Lo que para Patricia Gualinga, líder indígena del pueblo sarayaku que ha peleado por muchos años con las empresas extractivas, sería una muestra contundente y muy útil para que la Iglesia asuma de qué lado quiere estar. “apoyar una campaña de desinversión, con las empresas que generan tanta muerte, significa realmente apoyar en la defensa de nuestros derechos. Mucho más que salir a las calles con nosotros.”
Este segundo día de trabajo se abordó la mirada de la ecología integral desde la política, la ambiental y la espiritual y en medio de estas propuestas y discusiones el cardenal Tagle, nos deja un cuestionamiento: los nuevos caminos para la Iglesia, también implican sentir una espiritualidad femenina.