Hacerse cargo de su cultura, de sus raíces, de unas raíces llevadas hacia el futuro, era el pedido del Papa Francisco a los jóvenes indígenas de la última Jornada Mundial de la Juventud realizada en Panamá. Un convite que podemos decir que ha encontrado eco en el pueblo Tikuna, el más numeroso de la Amazonía, un pueblo trasfronterizo, que va avanzando en el camino de hacer realidad una Iglesia con rostro amazónico.
Por Luis Miguel Modino
En una tentativa de recolectar las tradiciones, se han reunido de 24 a 26 de mayo en la comunidad indígena Magüta (Tikuna) de Yahuma, departamento de Loreto, Perú, para realizar el primer Encuentro de Formación de “Agentes de Pastoral Magüta”, según informó Rodrigo Castells Daverede, misionero laico, que reside en la Comunidad indígena Tucuchira-Progreso (Colombia), donde participaron catequistas y agentes de pastoral de comunidades indígenas Magüta de la triple frontera: Brasil (Umariaçu), Perú (San Juan de Barranco y Yahuma) y Colombia (Nazaret, Arara y Progreso). Un encuentro que forma parte del proyecto “Iglesia sinodal con rostro Magüta”.
Es el primero de seis encuentros de formación previstos para 2023 y 2024, divididos en tres momentos: recolectar nuestras tradiciones; nutrir nuestro camino de fe; ofrecer nuestros frutos. En esa dinámica, el primer encuentro quiso “recibir y reconocer la realidad o estado de situación de los procesos celebrativos en las comunidades tanto en lo eclesial como lo cultural”, según Rodrigo Castells.
Abandono del Estado Peruano
Superando los desafíos logísticos, provocados por las carencias y abandono del Estado Peruano, a lo que se une la falta de organización de los propios indígenas que viven en el territorio peruano, dominado por el narcotráfico. Según el misionero laico, “abandonados para que, en su fragilidad y vulnerabilidad socio económica, queden expuestos y rehenes del negocio narco”.
A pesar de las dificultades, fue destacado la alegría y espíritu de servicio de la comunidad de Yahuma, por primera vez en su historia anfitriona de un evento con más de 60 participantes, durante tres días, lo que llevó a los participantes a disfrutar de su estadía a pesar de las innumerables carencias. Destacan como admirable, “la buena disposición para ofrecer alojamiento, alimentación, espacios para trabajo en equipo y constante disposición para solucionar, con amor y sencillez, los imprevistos que se fueron presentando”.
Compartir la espiritualidad de la Nación Magüta
Fue oportunidad de compartir la espiritualidad de la Nación Magüta a través de sus relatos de origen (El Padre Gütapa y los cuatro hermanos) y sus celebraciones rituales (enmarcadas en el gran ritual de la pelazón o Moça Nova) y respecto de las prácticas actuales de celebración de sacramentos y de catequesis, lo que ha permitido iniciar un proceso de reflexión. El sueño es dar a luz la “Iglesia sinodal con Rostro Magüta”.
Un proceso de recuperación y conservación de su cultura, que es diferente en cada uno de los tres países, que está siendo llevado a cabo hace años por los Magüta, aunque reconocen que es algo apenas incipiente el proceso de reflexión, aprendizaje y apropiación del valor simbólico-conceptual de sus relatos de origen y prácticas rituales. Por eso, Rodrigo Castells insiste en que “en la búsqueda de un dialogo fecundo, para una integración asertiva y consistente de los elementos de la cultura Magüta en la celebración de la fe católica, se deberá profundizar y dinamizar con más énfasis estos procesos de reflexión”.
Conscientes de que todavía falta mucho, se reconoce que ya se está trabajando. Para ello, el camino será recorrido con los mismos Magüta como protagonistas, espacios de encuentro y reflexión. El método será preguntar, escuchar y proponer, con abuelos y abuelas, catequistas, sabedores y chamanes. Un trabajo de paciencia, de “horas de tabaco, masato y Casa Grande (Maloca), al amparo de los ancestros y con el río y la selva en el corazón, seguiremos caminando”. Un buen punto de partida, sin olvidar que “la espiritualidad Magüta, netamente amazónica, busca abrirse paso en la Iglesia con toda su sabiduría para cuidar y hacer crecer la vida”.
Fuente: ADN Celam