11 de marzo: Miércoles de la Segunda Semana de Cuaresma
QUERIDA AMAZONÍA: 40 días navegando hacia la conversión
1. Petición permanente por la conversión sinodal al inicio de cada día
Que el Dios Trinitario, ejemplo de vida en comunión, nos ayude a soñar con una Iglesia sinodal, donde sepamos descubrir los signos de los tiempos, y la presencia de un Dios encarnado de diferentes modos, en distintos lugares. Un Dios que nos ayude a discernir su presencia y a anunciarle en todos los rincones, también entre los que más lejos se encuentran; a ser una Iglesia en salida, que va al encuentro, que escucha y dialoga con todos. Que busquemos el bien para todos los que nos encontramos cada día y sepamos traer de vuelta a la Amazonía y a todos los lugares donde estemos, todo lo vivido en el proceso sinodal, y así hacer realidad aquello que Dios espera de nosotros.
Meditar por unos momentos esta petición inicial, buscar la calma interior para entrar en este momento de conversión desde la Amazonía por las aguas de la sinodalidad, al servicio del Pueblo de Dios y sus pueblos y comunidades, y para escuchar el llamado de Dios a través de su Palabra Viva.
2. Fragmento de una lectura del día (cada uno es invitado a profundizar en las lecturas completas según su propia necesidad y criterio)
Ellos dijeron: “¡Vengan, tramemos un plan contra Jeremías, porque no le faltará la instrucción al sacerdote, ni el consejo al sabio, ni la palabra al profeta! Vengan, inventemos algún cargo contra él, y no prestemos atención a sus palabras”.
¡Préstame atención, Señor, y oye la voz de los que me acusan!
¿Acaso se devuelve mal por bien para que me hayan cavado una fosa? Recuerda que yo me presenté delante de ti para hablar en favor de ellos, para apartar de ellos tu furor. Jeremías 18,18-20.
3. Reflexión desde la perspectiva del proceso sinodal amazónico
Los planes de los poderosos contra aquellos que nos hacen ver nuestros errores y nos proponen elegir el camino de la vida siempre han formado parte de la historia: vamos a destruir a quien dificulta nuestros planes. Se trata de desmoralizarlos, de que todos piensen que ellos son los equivocados, que no responden a aquello que la sociedad necesitan, que no contribuyen a avanzar.
Podríamos decir que eso es algo que hoy experimentan los pueblos originarios, víctimas de los planes de los poderosos, que pretenden mostrarles ante el mundo como aquellos que impiden el desarrollo de la humanidad. La mentira se ha propagado como un invento que ayude a quitar del medio a quienes con su vida demuestran que un desarrollo sostenible es el mejor camino, que cuidar de la Casa Común es el mejor modo de garantizar la vida para todos. Nuestra conversión tiene que llevarnos no sólo a asumir su forma de entender la vida, también a defenderlos de los ataques de quienes quieren acabar con ellos.
4. Contemplación
Contemplemos la imagen de este día y dediquemos un momento a reconocer nuestra propia vida y experiencia en la Iglesia y al servicio de la Amazonía para pedir luz en esta Palabra de Dios y así traer de vuelta todo lo vivido. Escribir mis peticiones particulares y permanecer en ellas durante este día. Hacemos una invitación a llevar un registro de todo lo que el Espíritu suscite en nosotros como preparación interior para poder asimilar mejor el proceso sinodal.
5. Meditación Final
Los intereses colonizadores que expandieron y expanden –legal e ilegalmente– la extracción de madera y la minería, y que han ido expulsando y acorralando a los pueblos indígenas, ribereños y afrodescendientes, provocan un clamor que grita al cielo: «Son muchos los árboles donde habitó la tortura y bastos los bosques comprados entre mil muertes». «Los madereros tienen parlamentarios y nuestra Amazonía ni quién la defienda […] Exilian a los loros y a los monos […] Ya no será igual la cosecha de la castaña». (Querida Amazonía, 9).