102 religiosos de 22 congregaciones se reunieron en Belém del 22 al 25 de septiembre de 2022 para participar en el VI Seminario Nacional de Religiosos Hermanos. El objetivo era reflexionar sobre la misión del Hermano en sus diversos apostolados a lo largo de su vida.
Por Luis Miguel Modino
Un encuentro que tiene lugar cada tres años, por primera vez en el Norte del país, una «llamada de la Iglesia misionera que va hacia la Amazonía», según el hermano Edimar Fernando Moreira. El religioso carmelita, miembro del equipo organizador, afirmó que «la Amazonía está gritando y la Iglesia está respondiendo”. Un contexto amazónico, presente en el tema: «En el río de la vida, el hermano es misión, fecundando el Reino», y en el lema: «Los brazos del río vienen a traer la alegría». Todo se centró en esta dinámica de inculturación en este contexto amazónico.
Un momento para identificar lo que la Iglesia y la sociedad piden a los hermanos hoy, buscando dialogar sobre sus desafíos. Según el hermano Jardelino Menegat, uno de los ponentes del encuentro, «el hermano necesita cultivar la alegría, la esperanza y la fraternidad, tres elementos que entendemos como pilares para un religioso, porque la gente espera ver en un religioso un apoyo, alguien que se preocupa, que respeta, que valora, y la alegría, la esperanza y la ilusión refuerzan estas actitudes que el hermano necesita tener».
En el encuentro, los hermanos se implicaron, participaron, aportando experiencias de su vida, de su día a día, «para poder mostrar que nosotros como hermanos jugamos un papel importante en la Iglesia y como religiosos tenemos la disponibilidad de poder servir al pueblo de Dios de otra manera, otros carismas, la educación, la salud y tantos otros que se pueden destacar que están presentes», según el religioso lasallista.
Importancia de las relaciones
Uno de los participantes fue el hermano Irineu Letenski, religioso de la Orden de San Basilio el Grande que participa del rito bizantino ucraniano. Destacó que «cada uno desde su comunidad, desde su carisma, viene aquí durante estos días a experimentar los carismas y la espiritualidad común», considerando el evento como una «rica experiencia de convivencia, de rezar juntos, de compartir juntos, de hablar de la vida, de divertirse, de jugar, de cantar, todo esto forma parte de la vida comunitaria«.
El Rector de la Facultad de San Basilio Magno destacó la importancia de las relaciones como una oportunidad para «perfeccionar las virtudes, desarrollar las potencialidades». Afirma que «mi vida se basa en la relación con mi entorno, ya sea en la oración, en las celebraciones comunitarias, en la confraternización, en la convivencia, esta actitud es necesaria«, viendo el encuentro como algo transformador, enriquecedor.
Hermanos en una Iglesia sinodal
Dentro del camino sinodal que vive la Iglesia, donde «la sinodalidad es caminar juntos en las diferentes formas de ser seguidores de Jesucristo, en las diferentes iglesias, dentro de la Iglesia católica en las diferentes identidades que se constituyen históricamente», Fray Vanildo Zugno llamó a «no situarse en una estructura jerárquica, sino en una estructura circular y en el caminar juntos». Para el Coordinador de Formación Continua de la Conferencia Brasileña de Religiosos, «la palabra hermano dice exactamente eso, somos todos hijos del mismo Padre, del mismo Dios Madre, y todos nos sentimos iguales como hermanos«.
El capuchino expresa este deseo «de una Iglesia circular, una Iglesia fraterna y sororal, una Iglesia en la que cada uno, con sus diferentes ministerios, dones y carismas, construye la única Iglesia de Jesucristo. Y tiene esta dimensión sinodal porque como hermanos buscamos el diálogo no sólo entre nosotros y dentro de la Iglesia, buscamos el diálogo también con la sociedad, con otros grupos que no se identifican como Iglesia, pero que también buscan el camino de la justicia, de la fraternidad, de la igualdad en toda la sociedad”.
Una relación que debe darse también «con la Casa común, con las demás criaturas, que junto a la humanidad compartimos este espacio de vida», afirma Fray Zugno. Según él, será «un signo, un símbolo que da credibilidad a un mundo nuevo, un mundo diferente, de una nueva sociedad, de una nueva Iglesia basada no en la dominación, en la superposición de un grupo sobre otro, sino en la fraternidad, en el caminar juntos, mirando en la misma dirección hacia el Reino de Dios».
Ecología integral
En esta línea de ecología integral, el hermano João Gutemberg Sampaio afirmó que «el hermano está llamado a la fraternidad universal, pero esta fraternidad conecta con todos los seres de la creación«. El secretario ejecutivo de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), hizo un llamado a recuperar «la espiritualidad del hermano de Asís». Para ello ayudó a revisar la Laudato Si’ conectándola con el Sínodo para la Amazonía, los sueños de la Querida Amazonía y las conversiones del Documento Final del Sínodo. A partir de ahí, el religioso marista fue «llevándolo al contexto de la vida, compartiendo experiencias y desafíos donde los hermanos de la Amazonía puedan inspirarse, motivarse y generar esta fraternidad que es para todos y para todo».
Son elementos presentes en el logotipo del encuentro, diseñado por el hermano Luiz Carlos Lima. En ella, según el hermano marista, hay elementos amazónicos, aguas diferentes, una forma de brote, un signo de esperanza, de vida, de fraternidad. Citó a las tres personas que dialogan entre sí, personas alrededor de una mesa, pero también semilla, corazón, donde el rojo es el signo de las «personas que se entregan en la defensa de la vida y en la fraternidad universal entre nosotros y con la Creación«.
Fuente: ADN CELAM