Las expectativas que los pueblos indígenas amazónicos tienen con la visita del Papa Francisco a Puerto Maldonado, son difíciles de conocer en su totalidad. “Me da la impresión que en primer lugar quieren encontrarse con el Santo Padre, porque quieren visibilizarse. El pueblo indígena amazónico tiene un clamor, tiene un reclamo, sus tierras ancestrales están siendo cada vez más invadidas. Sus territorios naturales, de sus antepasados, son cada vez más reducidos. Los medios de vida con los que han sobrevivido durante tantos siglos, la pesca, la caza, los árboles, los ríos están cada vez en mayor peligro. Por tanto, sus vidas corren peligro”. Así lo afirma Fr. Manuel Jesús Romero, Vocero del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado para la visita papal, en entrevista concedida a REPAM, a pocos días de la llegada del Papa Francisco.
Haciendo mención a la encíclica del Papa, Laudato Si, sobre el cuidado del medio ambiente, sostiene: “es una oportunidad para todo el mundo, para todo el planeta. La necesidad que tenemos todos, hombres y mujeres, creyentes y no creyentes de compartir nuestra casa común que es el universo. Pero, esta casa común tiene zonas de mayor cuidado. El Papa Francisco habla que el mundo tiene dos pulmones, un pulmón es la Amazonía, otro pulmón es el Congo”.
En referencia a la Amazonía, indica Fr. Manuel Jesús, “durante muchos siglos sus pobladores originarios, nativos, han sido los que han cuidado ese espacio. La llamada de atención es precisamente ésta. Por eso, estamos convencidos que el Papa viene a visitar a los más pobres de entre los pobres de la Amazonía, que son precisamente las comunidades y pueblos indígenas. Estos pueblos esperan al Papa con una gran esperanza. La esperanza que sus hijos y nietos, también puedan participar y vivir de la naturaleza y en el ambiente en que vivieron también sus abuelos.”
Para el padre Romero, “hay una reflexión que aparece en la Laudato Si y que en Madre de Dios es particularmente lacerante, hiriente y sangrante: No existe una crisis ecológica por un lado y una crisis social por otro. Existe una crisis socio-ambiental única y compleja. No se puede resolver una sin la otra. No se pueden resolver los problemas ambientales dejando a un lado los problemas sociales, o al revés. Por ejemplo, para nadie es un secreto que la minería ilegal tiene su asiento importante en Madre de Dios, en la zona de Huepetue, La Pampa, etc. Donde se vive en condiciones deplorables. Los mineros ilegales operan en tierras que pertenecían a los pueblos indígenas. Pero, en esa región que hay mucha pobreza y miseria, existen personas que vienen de otras zonas de miseria y de pobreza. Por lo tanto, si los problemas sociales no se resuelven en los lugares de origen, en las punas y en la sierra, entonces, no se van a resolver los problemas en Madre de Dios”.
Ahora bien, estos problemas solo se podrán resolver de manera conjunta, en diálogo y con un compromiso de todos los involucrados, afirma Fr. Manuel Jesús, “porque hay muchos intereses en juego: el interés de los madereros, de los mineros del oro, de los comerciantes, el interés de las comunidades, de las autoridades, el interés de corruptelas que se han ido creando en torno a este mundo. Todo esto, exige una mesa de concertación y de diálogo, donde nos impongamos tareas a resolver y evaluaciones para llevarlas a cabo. Porque en el fondo, de lo que se trata es de un problema de supervivencia a futuro, porque Madre de Dios no tiene futuro a mediano plazo, a este nivel de destrucción, a este nivel de deforestación, a este nivel de depredación del medio”. Esa es la realidad a la que ha querido llegar de cerca el Papa Francisco en Puerto Maldonado.
La llegada del Papa, está prevista para las 10 de la mañana del viernes 19. Luego de los saludos protocolares, de parte de autoridades locales y eclesiales, recibirá también muestras de cariño de la infancia misionera y de líderes indígenas. Hacia las 11 de la mañana, en el coliseo de la ciudad tendrá el esperado encuentro con las comunidades nativas. El Santo padre escuchará a las comunidades y les dirigirá un mensaje de ánimo, de solidaridad y de esperanza.
Luego del encuentro con las comunidades nativas, se trasladará a la esplanada del Instituto Tecnológico Superior Jorge Basadre, donde tendrá en contacto con los miles de pobladores y de peregrinos que llegarán a saludarlo, escucharlo, aplaudirlo y recibir su bendición. Inmediatamente después, en el papa móvil recorrerá algunas de las calles de Puerto Maldonado para dirigirse al “Principito”, un lugar de acogida a niñas y niños en situación de vulnerabilidad. Finalmente, almorzará con representantes de los pueblos nativos y comunidades, antes de retornar a la ciudad de Lima.
Con información de Mónica Villanueva, desde Puerto Maldonado, Perú