La Sala Pío XI del Palacio San Calixto, en el Vaticano, acogió este martes 6 de junio un diálogo sobre la Amazonía con tres mujeres indígenas: las vicepresidentas de la Conferencia Eclesial de la Amazonia (CEAMA), la Hna. Laura Vicuña Pereira Manso y Patricia Gualinga, y la vicepresidenta de la Red Eclesial Pan-Amazónica (REPAM), Yesica Patiachi.
Por Luis Miguel Modino
Un evento organizado por la Pontificia Comisión para América Latina en colaboración con el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. Algo que en palabras de Emilce Cuda, secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina, “es un honor que personas que llegan de nuestra América Latina nos hayan honrado con su presencia”, lo que ve, en las palabras y en el arte presente en la sala, “un espacio donde uno puede ver mucho más de lo que uno lee en los libros, cual es la situación en nuestro continente”.
La Hna. Alessandra Smerilli, secretaria del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, destacó la importancia de llevar al Vaticano la voz de los territorios, agradeciendo el testimonio que estas mujeres indígenas están llevando al Vaticano, algo que están realizando en diferentes dicasterios de la Santa Sede y con el Papa Francisco, quien las recibió en audiencia el pasado día 1 de junio.
Rodrigo Guerra, secretario de la Pontificia Comisión de América Latina, que llamó a entender que la Amazonía es “un icono, un mensaje que muestra la dimensión universal que tiene la Iglesia católica y la dimensión universal que la Iglesia enfrenta en todas las partes del mundo”, insistiendo en que “la Amazonía ha sido la gran imagen, la gran presencia que hoy nos permite ver mejor todas nuestras realidades en la Iglesia católica y en el mundo entero”, reflexionando sobre las culturas indígenas y la presencia de Dios en ellas, “que nos reeducan y nos ayudan a entender más y mejor lo esencial del Evangelio, una misma fe puede tener diversos rostros”.
Todo fruto de una carta al abuelo Francisco
Lucia Capuzzi, periodista de Avvenire, moderadora del evento, relató cómo las tres mujeres indígenas llegaron hasta Roma, tras escribir en marzo una carta al Papa Francisco para hablarle, como hicieron en la audiencia de la semana pasada, sobre los ministerios en la Amazonía y la necesidad de reconocer el trabajo que ya hacen las mujeres en el territorio amazónico. Una carta que surgió de modo informal en la reunión de las presidencias de la CEAMA y la REPAM, según la Hna. Laura Vicuña, donde pensaron escribir una carta al abuelo Francisco, que le entregó en manos al Papa, que respondió en cinco días, lo que les causó alegría y emoción.
En el encuentro, las mujeres indígenas, recordó la religiosa, le hablaron al Papa Francisco sobre el llamado Marco Temporal en Brasil, una gran amenaza que pesa sobre los pueblos originarios, pidiendo la solidaridad internacional, “porque aprobar el Marco Temporal es promover el exterminio de los pueblos indígenas una vez más en pleno siglo XXI”.
Amenazas seculares a los pueblos indígenas amazónicos
Una realidad que vivió el pueblo kichwa de Sarayaku, al cual pertenece Patricia Gualinga, que señaló que el caso Sarayaku que ha logrado “inspirar y convertirse en un símbolo de resistencia para otros pueblos indígenas, porque logramos expulsar a la empresa que quería extraer petróleo y logramos ganar un juicio a nivel internacional, en la Corte Interamericana de Derechos Humanos”, algo que se consiguió con determinación, ante la amenaza de un impacto ambiental y social irreversible.
Yesica Patiachi relató la historia del caucho en la Amazonía peruana, y la tentativa de exterminar muchas poblaciones indígenas, que eran tratados como mano de obra barata, apropiándose de los territorios y prácticamente exterminando esos pueblos, como fue el caso del pueblo harakbut, al que ella pertenece, que de 50 mil se ha visto reducido a mil personas, fruto de las torturas y asesinatos, algo que de diferentes formas continúa perpetuándose. Una realidad vivida por muchos pueblos en la Amazonía peruana, una historia no contada en los libros, que nunca recogieron la voz propia de los pueblos indígenas. En esa tesitura apareció la figura del dominico José Álvarez, el Apaktone, considerado un ejemplo en la defensa de la Iglesia católica a los pueblos indígenas.
Mujeres que brinda un servicio diaconal
En la audiencia con el Papa Francisco, según la Hna. Laura Vicuña, fue destacado que, en la Amazonía, el 90 por ciento del trabajo ambiental, educativo y pastoral, es realizado por las mujeres, insistiendo en que “ya brindamos a la Iglesia un servicio que es diaconal, y por lo tanto, necesitamos que la Iglesia reconozca este servicio que ya brindamos a la Iglesia”, resaltando que no quisieron hablar del sacerdocio y sí de reconocer el servicio diaconal en territorio amazónico. Un reconocimiento del que ha defendido su necesidad, pues “las mujeres somos mayoría, y con eso no queremos rechazar a los varones, queremos caminar como nos propone la Iglesia, caminos de sinodalidad, caminar juntos y juntas desde nuestras diferencias”.
Con relación a la Conferencia Eclesial de la Amazonía, la primera experiencia de ese tipo en la Iglesia universal, insistió en que “no tenemos una receta, no tenemos un camino que otras personas ya han hecho”, reconociendo la alegría que las produjeron las palabras del abuelo Francisco, cuando dijo que “ya no hay vuelta atrás en los cambios que se vienen promoviendo en la Iglesia, pero hay que seguir avanzando, hay que seguir haciendo ese seguimiento en los territorios, y hay que seguir también un proceso de conversión, sea pastoral, sea eclesial, sea una conversión sinodal, ecológica, cultural y social”.
Los gobiernos sólo buscar sacer provecho de la Amazonía
Sobre la postura de los gobiernos de la región, Patricia Gualinga denunció que “el problema es que todos han basado su economía en combustibles fósiles”, en extracción, y a pesar de reconocer la importancia de la Amazonía y de que hay que hacer algo, “ellos lo están viendo cómo sacar provecho de todo, así sea de la crisis del clima”. Desde ahí denunció que los gobiernos “no han tomado conciencia de la responsabilidad social con los pueblos indígenas, que son los que han mantenido los bosques a costa de mucho sacrificio y mucha sangre”, diciendo confiar en la conciencia de la sociedad civil, “porque en los gobernantes, yo sólo veo que prima el negocio y la economía por encima del derecho humano”, mostrando que “los pueblos seguimos en resistencia como siempre”.
En esa tesitura, Yesica Patiachi llamó a preguntarse a la sociedad europea por todo lo sucedido para que alguien tenga un anillo de oro en sus dedos, o aceite de palma y otros productos que se extraen de la Amazonía, que causan graves prejuicios a los pueblos amazónicos, de quienes no importa su vida. Gobiernos y grandes corporaciones que según la Hna. Laura Vicuña “promueven una economía de destrucción, lo mercantilizan todo”, provocando el exterminio de los pueblos indígenas, de lo que es un ejemplo el Marco Temporal, suplicando presión de la comunidad internacional al Estado brasileño para que haga cumplir la Constitución Federal.
Luchas al frente de las cuales también están las mujeres, junto con los hombres, en defensa de la tierra, de los derechos y de la vida, enfatizó la religiosa. Una vocería de las mujeres que en el mundo indígena es nuevo, según Patricia Gaulinga, relatando los casos de mujeres que ha empezado a alzar la voz, insistiendo en que las líderes, “desde sus sentimientos, su realidad, su análisis puedan expresarse”, algo no siempre fácil de asumir, ante lo que dijo abiertamente que “las mujeres vamos a hacer escuchar nuestra voz porque es la única forma de cambio que puede existir” en todos los niveles. En esa lucha, “es la Iglesia y también otros medios que nos permiten alzar nuestra voz desde el territorio”, concluyó Yesica Patiachi, que insistió en que “no nos van a callar” en su protesta a favor de los pueblos indígenas, de la vida y del bosque, pues “cuando las mujeres de distintos pueblos se unen, sumamos más”.
Fuente: ADN Celam